miércoles, enero 24, 2007

Ho Melancolía

Mi cuchitril

Me acuerdo que cuando iba a la iglesia, cuando era pendejo, y llegaba la hora de la limosna había una sonajera de monedas, que caía al recipiente, es más fui a la iglesia que solía ir en mi ciudad natal y aun sonaban monedas; este fin de semana fui a otra iglesia, acá en Las Condes, en el golf, y me llamó la atención que no sonaban las monedas al caer, y miré y oí mejor, y logré sentir el ruido que hace un papel al caer,, y pensar que con lo que dio la persona que estaba a mi lado era el 50% que se recolectaba en mi iglesia, cuando era chiko,,, eso me llevó a pensar, porque la gente suele ayudar con dinero?,, no serán capaces de ir a meterse sonde la gente los necesita de verdad?,, yo creo que no, soy un convencido que quien entrega mucha limosna en la calle es sólo para aliviar el cargo de conciencia de no hacer anda más,,

A todo esto a veces me pregunto, ¿Dónde está el límite de querer cosas materiales?, ¿Cuánto debo enojarme por no tener nada? o ¿porque se me pierda algo material?, ¿hasta dónde debe llegar las ganas de “tener” cosas?, de querer viajar, de querer tener un auto, casa, ropa, en fin,, si al final me iré a la tumba con un traje, y ni eso,, porque quiero que me cremen y reo que lo meten en pelota a uno, así que me iré igual como llegué, sin anda,,,

Tengo una vida, que muchas veces siento que pocos, o nadie la aprecia, y quien podría apreciarla no está a mi lado, sacaría a mi familia de este saco,, ¿o no?,, no, no creo porque igual hay pastelazos en mi familia, pero ese es otro tema, pero como decía, muchas veces siento que mi vida es un cúmulo de errores, hasta que alguien llega, hace cambiar mi percepción, hasta volver a la misma sensación, hay una canción de Silvio Rodríguez que me refleja, la mayoría de las veces, este sentimiento, Oh Melancolía.

En fin, creo que tengo un mezcla de sentimientos entre lo material, lo espiritual y el corazón, cosas que son tan distinta, pero que van tan juntas, ojalá pueda tener a mi lado a las personas que logren entender, hacer, comprender y quieran compartir una amalgama de estas tres cosas, se que es difícil, pero no imposible. Por eso para terminar creo que esta segunda oportunidad que tengo en la vida podré y sabré aprovecharla mejor, aunque no me arrepiento de nada de lo que he hecho, pues se que entremedio de todo he conocido gente demasiado linda, pero insisto, parto dando gracias a dios por esta nueva etapa que estoy empezando, siempre mi hermano mayor me decía que cuando uno crece, cambia, y es verdad, cada día me parezco más a mi padre, cada día estoy más mañoso, cada día estoy más distinto, pero la esencia de mi no ha cambiado, hay cosas que creo que nunca podré cambiarlas, y sólo quien esté a mi lado sabrá cuales son esas cosas, a quien se las entregaré.


Oh Melancolía

Hoy viene a mi la damisela soledad
con pamela, impertinentes y botón
de amapola en el oleaje de sus vuelos.
Hoy la voluble señorita es amistad
y acaricia finalmente el corazón
con su más delgado pétalo de hielo.

Por eso hoy
gentilmente te convido a pasear
por el patio, hasta el florido pabellón
de aquel árbol que plantaron los abuelos.
Hoy el ensueño es como el musgo en el brocal
dibujando los abismos de un amor
melancólico, sutil, pálido cielo.

Viene a mí, avanza,
viene tan despacio,
viene en una danza
leve en el espacio.

Cedo, me hago lacio
y ya vuelo, ave.
Se mece la nave,
lenta como el tul,
en la brisa suave
niña del azul.

Oh melancolía, novia silenciosa,
íntima pareja del ayer.
Oh melancolía, amante dichosa,
siempre me arrebata tu placer.
Oh melancolía, señora del tiempo,
beso que retorna como el mar.
Oh melancolía, rosa del aliento,
dime quién me puede amar.